¿Puede
existir la catarsis ahora en el teatro como antes en las tragedias griegas?
Esa es la
pregunta que se hace y hace al espectador Jan Fabre y pretende responderla con
su ‘Monte Olimpo’, una performance teatral de 24 horas continuadas durante la
cual actores y espectadores vivirán encerrados en la sala del teatro, y en este
caso en el edificio de los Teatros del Canal, en Madrid, como un Gran Hermano
apocalíptico y agotador… de solo un día de duración, pero que día…
Allí verán,
oirán, actuarán, comerán, irán al baño, dormirán o dormitarán, soñarán o
tendrán pesadillas tanto el público como los personajes que se moverán por el
escenario…
Algo que se
ha definido como “un proyecto monumental inspirado en la cara más oscura de la
tragedia griega y que se convertirá con el paso de las horas en una auténtica
bacanal griega que comenzará a las siete de la tarde del día 12 de enero y
terminará a las siete de la tarde del día siguiente, 13 de enero…
¿Por qué 24
horas?
Según Jan
Fabre, para romper la dictadura del tiempo y acercarse al lenguaje de los
sueños, porque llegará un momento que nadie sabrá distinguir entre realidad y
fantasía, verdad y sueño…
Los Teatros del Canal de la Comunidad de Madrid presentan el
estreno en la Comunidad de Madrid de Monte Olimpo. Para glorificar el culto a
la tragedia (Mount Olympus. To Glorify the Cult of Tragedy), una performance de
24 horas inspirada en la cara más oscura de la tragedia griega, creada por el
director belga Jan Fabre para su compañía Troubleyn. Este espectáculo, con las
localidades agotadas desde que salió a la venta en junio, estará en la Roja en
una única función del 12 al 13 de enero.
Con cuatro generaciones sobre el escenario, este monumental
proyecto es excepcional para Fabre, que exhibe cada dimensión de su obra
teatral tras más de treinta años de experiencia. El montaje, que se representa
en varios idiomas, inglés, francés, alemán, holandés e italiano con
sobretítulos en español, cuenta con texto de Jeroen Olyslaegers y en el reparto
hay 30 artistas. Este maratón de sangre
y horror que busca la purificación del alma encadena 12 de las más sangrientas
tragedias griegas.
El proyecto de veinticuatro horas de Jan Fabre es un ataque
al tiempo. Fabre dilata el tiempo, lucha con la segunda mano y hace que el
tiempo pase más deprisa o pierda el ritmo. Intensifica el momento, ese eterno
aquí y ahora del teatro, en una vorágine de imágenes que llevan al espectador a
una experiencia diferente del tiempo, un laberinto en el tiempo donde vagamos,
perdidos entre el siempre y el nunca, el ayer y el mañana, durmiendo y
caminando, sueño y realidad. En el proyecto de veinticuatro horas no existe el
presente.
La producción está inspirada principalmente por la mitología
griega. Fabre se interesa por dice indescifrables héroes griegos: Eteocles,
Hecuba, Edipo, Fedra, Hipólito, Heracles, Agamenón, Orestes, Electra, Medea,
Antígona y Ajax. Se recrea la fiesta de
las Grandes Dionisisas, el mayor festival dramático de la Antigüedad, en honor
al dios Dionisio, donde se convocaba a tres poetas trágicos y, durante una
jornada, desde el amanecer hasta el atardecer, cada uno debía representar
cuatro obras: tres tragedias y, para concluir, un drama satírico.
Los actores interpretan actos impenetrables, hablan un
lenguaje que se va sumiendo en dudas, silencios, estertores de muerte, vómitos
o gritos silenciosos. El momento de anagnórisis, de reconocimiento, nunca
llega: este mundo del mito griego está dominado por la oscuridad, lo
incomprensible, la violencia pura y el amor enfermo. Se despiertan y duermen
sobre el escenario; los tramoyistas se despiertan y duermen en el escenario;
los dramaturgos se despiertan y duermen en el escenario. Durante veinticuatro
horas, Fabre va construyendo sus imágenes a partir de sus sueños robados.
¿Qué suena a locura?
Para que negarlo, sí…
Pero así es Jan Fabre y sus proyectos, a cada cual más loco
y excéntrico, más rompedor y curioso…
¿Aplausos o abucheos?
En unas horas lo sabremos…
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