Los Teatros del Canal presentan el estreno absoluto de ‘El corazón de las tinieblas’, dirigido por Darío Facal, que ha adaptado la novela homónima de Joseph Conrad.
Estará en la
Sala Verde del 26 de abril al 13 de mayo.
Esta versión
es una reflexión política como ensayo escénico, con música en directo,
proyecciones, video creación y las interpretaciones de Ernesto Arias, Ana Vide,
KC Harmsen y Rafa Delgado…
En palabras
de Darío Facal: “Esta obra nos enfrenta
con una de las grandes paradojas morales de Occidente, ¿con qué derecho
intervenimos en el resto de países y a qué precio?”
La novela de
Joseph Conrad, ‘El corazón de las tinieblas’ sirve como hilo argumental para
que el espectador se pueda adentrar en la historia del continente africano y de
la explotación impune de sus recursos naturales desde el colonialismo decimonónico
hasta las brutales consecuencias en la actualidad…
Y es que
como dice el refrán, ‘quién siembra vientos recoge tempestades’ y eso iría por
los países ¿desarrollados? que han especulado con la vida y la muerte en ese
continente y ahora nos sorprendemos cuando vemos lo que está pasando en esa
parte del mundo…
También vale
ese dicho ‘de esos polvos vienen estos lodos’, porque luego nos asustamos
cuando ocurren esas matanzas y esas guerras terribles de exterminio en algunos
países…
Cómo grita
Kurtz antes de morir: “EL HORROR”, con esas dos palabras se puede describir
todo lo que ha visto y lo que Marlow ve y verá…
El corazón de las tinieblas (Heart of darkness) es el título de
un cuento extenso o novela corta de Joseph Conrad publicada en 1899, y en forma
de libro en 1902. Ambientado en África, está hasta cierto punto inspirada en
los seis meses que Joseph Conrad pasó en el Congo colonizado y devastado por el
rey Leopoldo II de Bélgica. Hoy es probablemente la obra más conocida de
Conrad. Fue incluido en la serie Great Books of the 20th Century ("Grandes
libros del siglo XX"), publicada por Penguin Books.
La novela se
centra en un marinero llamado Charlie Marlow, el cual narra una travesía que
realizó años atrás por un río tropical, en busca de un tal Kurtz, el jefe de
una explotación de marfil, y que a lo largo de la novela adquiere un carácter
simbólico y ambiguo.
Los dos
primeros tercios de la novela narran el viaje de Marlow de Londres a África, y
remontando el río, hasta alcanzar la base de recolección de marfil en la que se
encuentra un empleado de la compañía belga que le ha contratado. Ese empleado,
llamado Kurtz, ha tenido un enorme éxito en el tráfico de marfil, pero eso le
ha granjeado la envidia de otros colegas. Marlow intuye que Kurtz ha roto con todos
los límites de la vida social tal y como se conoce en Europa, lo que le repele
y atrae al mismo tiempo.
En el
camino, Marlow será testigo de la situación extrema en que viven los colonos
europeos, su brutalidad hacia los nativos africanos, y deberá superar todo tipo
de obstáculos —retrasos, enfermedades o ataques de indígenas— hasta alcanzar su
destino. Cuando finalmente se encuentra con Kurtz, cuya imagen ha ido
agrandándose y mitificándose durante el proceso, descubre que se trata de un
personaje misterioso, al que los nativos idolatran como si fuera un dios, pero
que parece haber caído en una locura bestial. Como legado deja un panfleto en
el que detalla cómo civilizar a los nativos y que incluye una anotación brutal:
«¡Exterminad a todas esas bestias!». Marlow y sus compañeros de viaje logran
llevar a Kurtz, ya gravemente enfermo, al pequeño barco de vapor que debe
sacarlo de la selva, pero éste muere en el trayecto, pronunciando ante Marlow
sus últimas y enigmáticas palabras: «¡El horror! ¡El horror!». El viaje de
Marlow al corazón del continente africano se transforma así en un descenso a
los infiernos, pero también en una crítica al imperialismo occidental y una
investigación acerca de la locura.
¿Quién no
recuerda la versión de Coppola “Apocalypse Now”, con ese recorrido a los infiernos
dónde reina brutal un tremendo Kurtz encarnado por Marlon Brando? Pues esa es
una buena referencia…
El problema es que es esta versión teatral, hay performances, videos y otras cosas que te pueden sacar de la acción central de la pieza, que tiene la suficiente fuerza por si sola sin aditivos, pero esto es solo una opinión...
Y una última nota discordante: los videos no se pueden ver porque por parte de los Teatros del Canal, como por parte de la compañía han existido ciertas presiones para que así fuera, porque argumentan que se desvela demasiado en esos videos...
Solo puedo escribir que esas escenas están sacadas del pase a los medios y en ningún momento se comentó que no se pudiera grabar y mucho menos que esas escenas se pueden convertir en spoiler, aquí si viene a cuento, del resto de la función...
No hay comentarios:
Publicar un comentario